Un año más organizamos esta salida en el hotel El lagar de Isilla, en La Vid, esta  vez en verano.

El viernes iniciamos las actividades con la cena de bienvenida en la que aprovechamos la presencia de Javi, Charo, Fernando y Puri que son los primeros que han conseguido las 20 fotos de los Puntos Cardinales (Javi y Charo han hecho las 40) que Paco Landeta se inventó y se les hizo entrega de un placa conmemorativa, además de una camisa y otros regalos.

El sábado después del desayuno emprendimos la ruta hacia el Parque Natural de las Hoces del Riaza.  Después de un ameno recorrido por hermosos parajes y de tomar un café, nos adentramos en la Casa del Parque, donde David nos demostró sus conocimientos de la fauna, flora e historia de esa zona y pasamos un ameno rato conociendo un poco más del Parque Natural y del pantano de Linares.  Es evidente que esa zona no pertenece a la Ribera de Duero, pero por su cercanía e interés valía la pena visitarla.   Terminamos la visita con un audiovisual y después nos dirigimos hacia Aranda de Duero para dar cuenta de un clásico y sabroso menú castellano con su lechazo en el Asador Lagar de Isilla.

De camino al restaurante tuvimos la oportunidad de ver un numeroso grupo de buitres leonados dando cuenta en la cuneta de la carretera de los restos de un animal (probablemente un corzo) que había sido atropellado.

Después del almuerzo nos dirigimos hacia el hotel y cada uno disfrutó de la tarde como quiso, algunos descansando, otros paseando y algunos en el fabuloso spa.

Por la noche había prevista una cena ligera y a los postres se hizo un sorteo de regalos cedidos por la familia Zapatero-Pinto, dueños del complejo enoturístico del Lagar de Isilla.

El domingo el grupo de 14 motos se dirigió hacia la localidad de Vildé (Soria) donde se encuentra Duero Natura, un espacio dedicado a la naturaleza donde realizar paseos en cayac por el Duero y con un criadero de truchas, que era el motivo de nuestra visita. Allí descubrimos un manantial de aguas puras y cristalinas donde Maria Polo se dedica a la cría de truchas para su consumo en restaurantes cercanos y también para su venta por encargo.

También hay un lago donde pescar esas truchas que después se pueden asar en unas barbacoas previstas a tal efecto.

Tanto a la ida como al regreso, pasamos por una gran extensión de manzanos y perales, casi 20.000 hectáreas, que es la mayor de Europa.

Finalizada la visita nos dirigimos a la cercana villa de San Esteban de Gormaz, donde con un Vino Español pusimos fin a un magnífico fin de semana.