Una de las mayores satisfacciones que siempre he tenido, además de otras muchas, claro está, pero mecánicamente hablando, es montar los radios, los 36 radios, a una llanta y luego equilibrala e ir dando, radio a radio, el toque, para que la rueda gire perfectamente, primero sin el neumático montado y después con él.
Actualmente Francesc, mi hijo, está volviendo a reconstruir mi Montesa Impala “Kenia” del año 1969 para su trabajo de “recerca/rebusca” de 2º de bachillerato y uno de sus deberes, es cambiar los radios de ambas ruedas de 17″, el hacerlo y lograrlo, tiene arte y también truco, pero cuando empiezas con la llanta y el tambor de freno o disco de freno y esos 36 radios encima del banco del taller para colocar, es digno de mirar, custa emprezar.
Y hasta incluso, según como, recuerdo que se cruzaban más o menos los radios, es decir ponerlos más largos o más cortos, para que la llanta tuviese el efecto deseado.
Repito, es un arte y si váis a cualquier exposición de compra venta de motos clásicas, siempre encontraréis alguien que vende llantas, radios y tambores de freno… otro tema a tratar…