Antes de continuar encadenando sílabas debo haceros partícipes de una reflexión que a la vista del tamaño del escrito me he tenido que formular a mí mismo;
Releyendo lo escrito para poderlo continuar en el tono y cadencia adecuados, me he topado con esta frase; “Lo voy a intentar resumir de una manera lo más sintética, y a la vez, clara posible.“, y ello me ha llevado a la clara percepción de que ni yo mismo me ajusto a lo que yo mismo me propongo. De modo que claro, no se si lo es, pero sintético, desde luego que ciertamente, no lo es.
Ya durante mi época de bachiller, en la que era común cuando de gramática o literatura se trataba, que te encomendaran tareas en las que el trabajo consistía en “resumir” un texto o un capítulo de un libro, mis resúmenes siempre resultaban ser mucho más largos que los originales.
Tuve muchas, digamos, discusiones con mis próceres, ya que yo intentaba, sin éxito, hacerles comprender que un texto no lo constituyen las palabras o frases que lo componen, si nó que realmente contiene todas las sensaciones, visiones y/o elucubraciones que provoca, y que por ello era para mí imposible hacer un resumen en el que solo se tratara con las palabras, y que yo realmente y aunque ellos no pudieran entenderlo los resúmenes que les presentaba estaban tan enormemente resumidos que a lu sumo representaban un 10% de lo que realmente el texto contenía.
Nunca lo llegaron a comprender, pero siempre aprobé, con nota, los trabajos. Un misterio.
Concretando después de mucho resumir, ¿sigo así? o resumo según significaba la palabra para los “hermanos” de La Salle?