Un año más nos reunimos en el hotel El Lagar de Isilla para disfrutar de los encantos de la Ribera de Duero.    El Viernes nos encontramos para la cena los 27 participantes de esta edición, la mayoría ya habían estado en anteriores ediciones pero también había caras nuevas. Buen ambiente, deliciosa cena y algunas copas antes de ir a dormir.

En esta edición, como ya hicimos hace unos años, el Sábado todas las actividades tuvieron lugar en los alrededores del hotel, por lo que no hubo que mover las motos.

El Sábado, después del desayuno nos dirigimos hacia el cercano Monasterio de Santa María de La vid, donde el padre Isidro nos hizo una muy interesante visita guiada, en la que nos explicó la historia del monasterio y algunas interesantes anécdotas.

Después de la visita nos dirigimos al hotel donde nos esperaba una cata de vinos del mundo. Estando en la Ribera de Duero, donde se producen excelentes caldos, algunos de ellos en el Top Ten mundial, nos pareció interesante conocer vinos de Nueva Zelanda, California, Uruguay y Sudáfrica. La cata y las explicaciones por parte de la gente de Meddis fueron muy interesantes.

Y llegados a este punto, tocaba ya disfrutar de un delicioso lechazo asado en el restaurante La Casona, en el mismo hotel.

Por la tarde, después de un rato de descanso en el que algunos aprovecharon el fabuloso spa, tocaba la actividad más atípica, que no era otra que una reunión de Tapersex®, presentada y dirigida por Eva Moreno, sexóloga, terapeuta de pareja y fundadora del Tapersex®. Fue tal la cantidad de distintos artilugios y juguetes sexuales que nos enseñó, de una forma muy amena y directa, a la vez que didáctica, nos dejó a todos encandilados.

Después de esta original reunión, nos dirigimos al restaurante donde nos espera una cena ligera para terminar el día.

El Domingo, después del desayuno, nos dirigimos hacia el población de Calatañazor, famosa por ser el lugar donde Almanzor perdió el tambor y la guerra en el año 1002.   Durante la visita disfrutamos de las explicaciones de Ana, nuestra guía, que nos supo trasladar en el tiempo hasta esa época. Mención especial para la visita de la espectacular  iglesia, que nadie piensa encontrar en un pueblo tan pequeño.

Al finalizar la visita nos dirigimos al restaurante La casa del Cura donde un Vino Español con productos típicos de la tierra nos proporcionó la energía necesaria para volver a nuestros puntos de origen, después de despedirnos de los amigos y desear un pronto re-encuentro.

Víctor y Paulina, Noviembre de 2022