Son lastres de la madrugada. Hoy ha sido un día duro, pero de los que a mi me gustan.
El compromiso que he contraído con todos vosotros me obliga a explicaros el desarrollo de la jornada de hoy.

Después de dormir profundamente durante cinco horas, (me acosté muy tarde como de costumbre, vendiendo salud a los demás a costa de la mía…) el despertador sonaba a las siete y media de la mañana.

Hoy teníamos entrenamientos todo el día en Montmeló. Más que nada consistía en probar de nuevo la R1 después de haber sustituido la horquilla del cambio y todos sus engranajes. En las últimas tandas libres realizadas hace un mes habíamos detectado fallos en el cambio. Joan Demestre, (el preparador de nuestro “pepino”) lo desmontó y optó por cambiarlo.

El primero en salir a pista he sido yo, rompiendo un poco el orden del día, pero es que Jordi, el piloto que debía salir en primer lugar, se ha dormido y ha aparecido tarde por el box.
De entrada muy buenas sensaciones. La moto va como un tiro y se aguanta todo lo que tu tengas “bemoles” de tumbar.
Algún problemilla al final de recta por culpa del amortiguador de dirección. Yendo cerca de 280 kms/h, acojona un poco ver que la moto empieza a hacer el “jimmy” y tienes que soltar gas porque si no te puedes poner la moto por sombrero.
Una parada en el box, apretar el amortiguador (lo llevaba al mínimo) y miel sobre ojuelas.
Después de la primera hora, me bajo de la moto y me noto bastante fresco y relajado, eso si, empapado de sudor hasta las uñas de los pies.
La moto no se calienta en exceso. Marca 73 º al parar en el box. Hago mis estiramientos, repongo líquido a base de bebida isotónica y me quito el mono de trabajo.

Todo bien. Ponemos los calefactores a los neumáticos y esperamos una horita en el box poniendo las cosas en su sitio y tomando las notas necesarias.
Repostamos gasolina y sale a pista Martí, mi sobrino, que ya corrió conmigo en la edición del año anterior.
Ningún problema. La moto va perfecta y se mueve con desenvoltura en medio del batallón de “japos” que ruedan a la par que nosotros.
Ya estamos rodando por debajo del tiempo de corte de este año que será 2:07. No habrá problemas para los clasificatorios.

La obligación obliga, y la devoción, para quien pueda disfrutarla. Así que a las 12:00 me marcho del Circuit para atender a mis clientes “teleféricos”. No puedo faltar a la hora de las comidas.

A las 16:00 me dirijo de nuevo hacia Montmeló. Me esperan en el box 29. A las 17:00 vuelvo a entrar en pista.
La moto va de maravilla. Lo peligroso de estos artilugios es que cada vez ruedas con más tranquilidad y confianza, y eso es bueno pero tiene su lado peligroso. Empiezas a arriesgar más de la cuenta sin enterarte. La moto llevaba los neumáticos un poco tocados después de estar rodando toda la jornada.
Un par de derrapadas en el “curvone” me ponen sobre aviso. Al siguiente paso por meta decido entrar en box.
Un vistazo rápido sobre el neumático trasero me dice que todavía queda goma, aunque tendré que “abrir” con cuidado. Vuelvo a salir a pista sin más problemas hasta que finaliza mi tanda.
Bajo de la moto sin muestras de fatiga, pero un poco deshidratado. Damos la jornada por finalizada.
Me apresuro a recoger los bártulos porque a las 20:00 debo estar de nuevo en el curro.
Después de una ducha relajante y media hora de siesta, me entrego sin pestañear a las exigencias de una tribu de desalmados hambrientos.

El próximo viernes 26 tenemos entrenamientos oficiales de las 24 Horas. La primera prueba de fuego con mucha de la infraestructura prevista ya en funcionamiento.

Me voy a dormir. Ya os contaré. Tintin2009-06-21 03:24:06