Hola a tod@s:
Una vez mas, nos hemos vuelto a liar la manta a la cabeza mi querida y poco venerada esposa y yo, y nos hemos ido a recorrer lejanas tierras a lomos de nuestra fiel “Lety”. Hemos ido a tierras de conquistadores, a lo mas profundo de Castilla, de donde el pasado y el presente aún siguen unidos por el hilo de historia mas importante de nuestra querida España. A tierras del CID y del saber de nuestros días. Donde fué la cuna del Castellano y la cultura que tenemos vió como doctrinarse en la universidad mas antigua de España, Salamanca. En la tierra de Románico y del Romancero, Zamora. De Doña Urraca y Fernándo I, donde Sancho II intentó conquistarla y de ahí salió el dicho de “no se ganó Zamora en una hora”.Bueno al lio.
Después de ver como estaba cayendo durante toda la semana pasada, mas el viernes, que parecía que caian “chuzos de punta”, decidimos armarnos de valor y salir al mediodía según lo previsto, aunque pensando que, si las predicciones eran correctas, posiblemente la cosa mejoraría, y así fué. Salíamos de casa lloviendo, pero nada mas entrar en la M-50 dejó de llover y ya no volveríamos a ver el agua en todo el fin de semana, excepto un par de minutos contados el sábado. La verdad es que somos nos suertudos de la leche. Deciros que nunca había conducido la LT en agua pero vas a 140 y ni te enteras, impresionante la estabilidad del bicho.
Llegamos a Salamanca sin novedad, pasando por tierras de “jota”, a eso de las 19:00, que a ver si terminan ya autovía de Ávila a Salamanca. Registrarnos en el hotel y cambiarnos para hacer la visita turistica obligada por el centro de esta gran ciudad al pie del rio Tórmes.
Por la hora que era ya no nos dió tiempo a visitar la Catedral Nueva por dentro, pero he de decir que es una ciudad magestuosa, muy bien conservada, construida casi por completo con piedra dorada de Villamayor que, a la luz de los faroles, hace que sea aún mas bonita y “dorada”. El ambiente universitario se deja ver en cada esquina, con sus cafés llenos de gente y con un ambiente muy muy señorial. La verdad fué muy agradable pasear por sus calles. Su plaza mayor increible, la universidad y la casa de las conchas.


Después de meternos una buena cena de carne asadita, nos fuimos al hotel y dormimos como lirones en invierno, con la esperanza de que al día siguiente pudiesemos ver el sol y así fué, pues amaneció un día explendido, casi sin nubes y con una temperatura muy agradable, unos 12 grados, lo cual no impidió que usase los puños y el asiento calefactables , que son de agradecer. Carretera y manta para Zamora, que está muy cerca de Salamanca, a unos 65 km. A la orilla del rio Duero, Zamora tiene el cogollito del casco antiguo y la catedral mas alucinante que he visto nunca, no por su majestuosidad, ni por su grandeza, sino por la capacidad que tiene de trasladarte al medioevo con el simple hecho de traspasar una de sus puertas. Ese olor a incienso, ese pavimento desgastado, tampoco es grande sino “coqueta”, esa arquitectura Románica casi casi virgen. Muy muy chula la verdad. Viendo y sintiendo la historia bajo nuestros pies, llena de sepulcros de Caballeros, Nobles y Obispos, parece que en cualquier esquina se te va a aparecer El Cid o El Rey vestidos con sus armaduras.

De ahí rumbo a Portugal, mas concretamente a Oporto. La ruta me gustó mucho, aunque nos hizo un poco de frio, pero bien pertrechados como ibamos y con la calefacción puesta, no pasamos grandes penurias. Solo era salir de la meseta Castellana y una vez bajado mas a nivel del mar, la temperatura volvió a su ser. Pasamos por Braganza, Macedo de Cavaleiros, Mirandela y demas, con unas sierras alucinantes, que creo que merecerá la pena volver para visitar en mayor profundidad, ya que, además, tienen unas posibilidades endurares de la leche. (Yo siempre que veo montañas pienso en lo mismo, si se podrá hacer enduro por alli)
Llegada a Porto a la hora de la comida, después de un paseito por la ciudad, nos dirgimos a tomar unas buenas “viandas” en un restaurante del puerto pesquero, en el que comimos muy bien y barato, bacalao, que es una de mis debilidades. QUE GOCHO SOY¡¡¡

No nos entretuvimos mas, ya que tampoco es que sea una gran ciudad por su belleza y como no somos de vino, ni si quiera de Oporto, ademas que teníamos ruta que seguir, nos fuimos para Lisboa. Llegamos a eso de las 19:00 al hotel y decidimos dárnos una duchita y quedarnos en el hotel para estar mas frescos a la mañana siguiente, visitando la ciudad de día.
Bueno, la verdad es que Lisboa yo ya la conocía y no me llevé muy buen impresión tampoco esta vez, ya que es una ciudad muy descuidada (no veais lo que era ir con la LT por esas calles empedradas y con el asfalto tan roto), por lo que nos dimos un paseo por le casco antiguo sin mas e irnos a Sintra, que es mas bonito que el propio Lisboa. Pasamos por Estoril y lo curioso es que el circuito lo tenían abierto para el público y podia montar en bici por el mismo, cosa curiosa pero una idea para darle uso al circuito. Visita al Castelo du Pena y ya con la idea de regresar a nuestra España, que no hay nada como ella.

Bueno, regresamos por Badajoz, pasamos por Trujillo a comprar una Torta del Casar, que estan de muerte, y después de mas de 1600 km llegamos a casita a tiempo de ver la F1, pero eso ya es otra historia……
Un saludo a todos.
Correca
AntonioRT2008-11-06 07:49:11