Dejando de lado la parte graciosa del tema, que la tiene, lo cierto es que produce pavor, panico e impotencia que una cosa de estas nos pueda pasar a cualquiera de nosotros.
El hecho de tener que pagar multas por aparcar en una calle donde no has estado en tu vida (caso real, me ha pasado a mi…) deja de tener importancia al lado de semejante barbaridad. Y lo mas curioso es lo que dice la empresa encargada de los recursos:
“Si en vez de 750km/h pusiera 210km/h, nadie podria quitar la multa, porque nadie creeria que el radar se ha equivocado…”
Cada vez da mas asco vivir en estos “tiempos modernos”…
Vendo piso en Vilafranca de Penedés, por irme a vivir a Nueva Zelanda. Interesados, llamar al…