Desde muy pequeño me han enseñado, por parte paterna y por la actividad familiar que el conducir, si se quiere, es fácil, aunque muchas veces nos los hacemos o nos lo hacen difícil.
Conduzco desde los 12 años vehículos a motor de 4 ruedas, de los de 2, ni me acuerdo. Pero cada día veo que “somos” más los que no tendríamos que tener la ¿licencia? para conducir y es que somos tan patosos que no hay más accidentes por llevar, por suerte, los vehículos que llevamos y es ahí donde os quisiera hacer una observación.
Un faro delantero, pequeñito, un simple “led rojo” que se encendiera cuando se presiona el freno, es decir, al mismo tiempo que se encienden los rojos traseros, que se encendiera ese rojo delantero.
Rara propuesta, pero yo creo que útil, al igual que circular todo el día con las luces de cruce encendidas, ya sea con moto, tractor, coche, autobús o avión, es una forma más de ver y de ser visto. Pero claro, una cosa es ser visto y otra ver si el que viene por detrás, por delante, por la izquierda, derecha o por encima, piensa frenar o no. Es ahí donde creo que ese pequeño “led rojo”, nos podría dar la pista de lo que hace el conductor de nuestro entorno.
¿Cuántas veces hemos llegado a un ceda el paso y hemos dudado de qué, teniendo la preferencia, ignoramos qué piensa hacer el otro?. Si, mediante ese “led rojo” delantero encendido o iluminado, comprenderíamos que sí, que está frenando, pues vale, bueno y de acuerdo pero si es a la inversa, pues es muy sencillo, ser más prudentes y si hace falta, receder el paso antes de pegarnos una castaña.
Pongámoslo más sencillo y peligroso a la vez. Nos aproximamos por cualquier carretera y nosotros observamos que allí delante están parados, sacamos gas y vemos que sí, que realmente están parados y además que no hay por dónde meterse, ponemos en marcha los “cuatro intermitentes” para avisar a los que vienen por detrás, pero tenemos la duda, ¿frenarán o se nos llevarán por delante…?
Si por el retrovisor, ese mágico artilugio, vemos ese pequeño “led rojo” encendido, tendremos la esperanza y la confianza de que ese que va por ahí detrás ha visto algo y que además como que estamos detenidos, podeos respirar tranquilos y si es que no se enciende, pues…
Todo esto va a cuento de que esta mañana en una de esas colas incomprensibles, a modo de acordeón, de arrancar, parar, arrancar, parar, arrancar y parar en la entrada de Mataró Norte, se han pegado un pequeño porrazo, por no frenar el último.
La suerte es que eran latas y no La Moto, y los de dentro, a muy poca velocidad, poco se hacen, en cambio, nosotros, viendo que el de atrás no frena, debido al “led rojo” que propongo y vigilándolos por el retrovisor, nos podemos salvar por donde sea, puesto que por muy poco que nos den, nos hacen daño y quizás más de lo que nos pensamos.
Bueno, es una propuesta y ahí queda.